Somos una entidad sin ánimo de lucro constituida para trabajar de manera individualizada y acorde a las necesidades de cada persona. El colectivo de diversidad funcional se caracteriza por ser de una gran heterogeneidad y riqueza individual, es por ello que creemos en la atención adaptada a la persona y no al grupo puesto que de lo contrario se estaría ignorando la diversidad y atención indivudualizada.
Esta flexibilidad que creemos indispensable, nos lleva a contar con un equipo multidisciplinar donde encontramos personas con estudios y experiencia en diversas disciplinas como puedan ser sociología, neuropsicología, educación social, animación, educación especial, integración social, etcétera.
Somos personas vinculadas a la diversidad funcional con la finalidad de dotar a las personas con diversidad funcional de un acompañamiento profesional y adecuado a sus necesidades cotidianas.
Nuestra vocación y perspectiva pretende guiar a las personas hacia una mejora de su calidad de vida como grupo interdisciplinar de personas con larga experiencia y formación en ámbitos relacionados con la diversidad funcional y la exclusión social con perspectiva de género. Desde nuestras primeras experiencias en el voluntariado y mediante la formación en diversos ámbitos: integración social, sociología, animación socio-cultural, psicología, trabajo social, neuropsicología… Hemos hecho de nuestra devoción, nuestra labor, poniendo todo nuestro esfuerzo en fijar la mirada al frente, no ciñéndonos a intervenciones meramente asistenciales, sino que éstas tengan una repercusión positiva y duradera en el tiempo.
Nuestra actuación tiene como punto de partida la persona, teniendo siempre presente sus propias necesidades y gustos, ciñéndonos a ser meras facilitadoras y dinamizadoras en la inclusión social.
Por ello, hemos aprendido a ser flexibles, entre las personas y con el entorno, a formarnos de manera permanente para no dejar de crecer e ilusionarnos con nuevos proyectos que nos hagan llegar a las personas.
Una de las críticas que más recibe la sociedad actual en relación a la diversidad funcional es la falta de capacidad de inclusión del colectivo. Por ello creemos que es indispensable una perspectiva ecológica, que permita a la persona con diversidad funcional desenvolverse en contacto con el resto de la ciudadanía. Esta dinámica de trabajo es enriquecedora de manera bidireccional, por una parte de las propias personas con diversidad funcional, y por otra, del resto de la sociedad puesto que fomenta nuevas relaciones sociales a la vez que sensibiliza sobre la realidad de un colectivo en riesgo de exclusión social.
Otro de los fines pasa por la adaptación al medio y del medio, de esta manera se hace imprescindible la coordinación con diversos agentes sociales que permitan la misma. Esto conlleva un trabajo comunitario que abarca desde la sensibilización de diferentes entidades claves en la inclusión social: centros educativos, ayuntamientos, asociaciones... En esta línea, hemos comprobado como ciertos mecanismos de exclusión social son fruto de una discapacidad producida por el entorno, y que puede ser mermada, suprimida, e incluso puesta en valor en pro de una sociedad plural.
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